Mtra. Margarita Martínez Rivera.
La literatura como arte no refleja la realidad de una manera directa sino que la recrea. En esta recreación la literatura se puede convertir en un mecanismo de crítica social.
En todas las épocas, las mujeres han escrito y han creado literatura. En muchas de estas obras se han cuestionado las condiciones de las mujeres. En el año 593 A.C. tenemos a Safo quien en sus poemas cuestiona a la sociedad de su tiempo. Muchos años después tenemos los escritos de Mary Wollstonecraft, (1759-97) en los que esta autora manifestaba su opinión sobre la forma en que se educaba a hombres y a mujeres. En nuestro país no podemos dejar de mencionar a Sor Juana Inés de la Cruz (1651- 95). Ya dentro de literatura propiamente feminista podemos encontrar los trabajos de Virginia Woolf (Stephen) (1882-1941) y de Simone de Beauvoir (1908-1986).
En su largo ensayo Una habitación propia (1929), Woolf escribe su famosa sentencia: “Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción”.
Durante muchos siglos, las mujeres han sufrido las consecuencias de vivir en un mundo dominado por los hombres, sin derecho a pensar o actuar por sí mismas, y ha tratado y aún lo hacen de expresarse. Productos de esta necesidad de expresión son las múltiples obras literarias feministas.
Y se cierra este pequeño bloque con la siguiente cita de Montserrat Roig (1946-1991):
…Contra el olvido está la palabra. Contra la muerte total está el relato de otras vidas. Con la palabra, con el conocimiento de lo que se va, morimos un poco menos. Nuestras vidas ya no parecen tan efímeras. Con la recuperación de la palabra de los demás nuestra vida es menos muerte.
