Un recuerdo para ALAÍDE FOPPA

Un recuerdo para ALAÍDE  FOPPA

 

alaideUn ser que aún no acaba de ser,
No la remota rosa angelical,
que los poetas cantaron.

No la maldita bruja que los inquisidores quemaron.

No la temida y deseada prostituta
No la madre bendita.
No la marchita y burlada solterona.
No la obligada a ser buena.
No la obligada a ser mala.
No la que vive por que la dejan vivir.
No la que debe siempre decir que sí.
Un Ser que trata de saber quién es
Y que empieza a existir

(Mujer de Alaíde Foppa)

Alaíde Foppa nace en Barcelona en 1914, su madre es guatemalteca y su padre argentino. Vivío como exiliada política  en México, donde se casa con un guatemalteco. Mujer ferviente a su hogar (con cinco hijos), lo que no obstaculiza tener intereses como: el feminismo, la poesía, la vida académica y ser crítica de arte.  Activista de la Agrupación Internacional de Mujeres contra la Represión, así como en Amnistía Internacional; catedrática  en Ciencias Políticas y Sociales, en Filosofía y Letras de la UNAM.

Conductora del programa “Foro de la Mujer en Radio UNAM y, fundadora de la revista Fem, ambos, importantes foros feministas. En ellos propone debates entre mujeres,  donde  muestra los cambios de pensamiento en voz de la propia mujer. Divulga la forma de cómo la mujer supera los obstáculos de su condición femenina,  exaltando su realización, satisfacción y, logros de tener una vida plena.

En 1976, en el “Foro de la mujer” dice: teóricamente, hoy las mujeres tienen casi todos los derechos de los que disfrutan los hombres, pero su largo condicionamiento les impide ejercerlos, solo lo logran algunas privilegiadas; ya que la sociedad sigue siendo masculina. A su vez se colocan  a algunas mujeres en puestos clave, solo para exhibir que hay criterio y no prejuicios. Prosigue diciendo: “.. estas mujeres triunfadoras, al sentirse excepcionales y disfrutar de su superioridad,  no deben hacer sentir inferiores a las  innumerables “perdedoras” por no lograr ser ganadoras, remarcando  una culpa que ya el patriarcado profetizo”. Así subraya una red de apoyo que contribuya  a que cada persona acepte sus diferencias y la de los demás.

El precio de ser diferente  es muy grande entre los grandes costos de violencia, represarías y gestos sutiles que tratan de opacar ese ruido, el cual marca el miedo e ignorancia de reconocer las diferencias. Así el 19 de diciembre de 1980, Alaíde Foppa es secuestrada en Guatemala, sin que desde entonces a la fecha se tengan rastros de ella.