¿Es el amor romántico una enfermedad?, se pregunta Francisco González Crussí
Comunicado No. 1751/2013
17 de octubre de 2013
El escritor y patólogo impartió la conferencia El mal de amores: el amor romántico en el arte y la medicina
La charla se realizó en el Foro Interdisciplinario de Ciencia y Cultura, realizado los días 17 y 18 de octubre en el Centro de Cultura Digital
“¿Es el amor una enfermedad?”, fue la pregunta eje de la conferencia magistral El mal de amores: el amor romántico en el arte y la medicina que el escritor y patólogo Francisco González Crussí impartió este 17 octubre en el Foro Interdisciplinario de Ciencia y Cultura, que se realiza en la Sala de Cine Nellie Campobello del Centro de Cultura Digital.
Minutos antes de iniciar la conferencia, Grace Quintanilla, directora del Centro de Cultura Digital, comentó que esta charla inaugura el Foro Interdisciplinario de Ciencia y Cultura, “un espacio de reflexión dedicado a un público especializado e interesado en las disciplinas que analizan cómo la tecnología y su uso transforman nuestra vida cotidiana”.
Ricardo Cayuela Gally, director general de Publicaciones del Conaculta, realizó una breve reflexión sobre quién es y lo que significa para la cultura mexicana el doctor Francisco González Crussí.
“Se trata de un pensador original, como hay pocos en México, que reúne un cúmulo tanto de experiencias como de formación, y un profesional de la medicina en Estados Unidos, que se queda ahí para ser una eminencia en su especialidad: la patología”.
Añadió que se trata de un excelente ensayista que conjuga mundos de una manera muy particular y que retrata el puente entre México y Estados Unidos, todo en torno a su pasión: la medicina, el cuerpo humano y las distintas lecturas que se pueden hacer de éste.
“Francisco González Crussí estudia temas como el deseo erótico, la fascinación por los cadáveres, la historia cultural de la calvicie o del estornudo, los sentidos y la forma en que se interpreta el cuerpo en el mundo occidental y oriental desde una reflexión histórica y cultural.
“Entonces cualquier ensayo del doctor González es un tema médico que se convierte en un tema de historia, de literatura o de contacto entre los mundos”, afirmó el funcionario.
El profesor emérito de Patología en la Northwestern University Feinberg School of Medicine, Chicago, inició su conferencia reflexionado sobre si el amor es una enfermedad, ya que para él es una cuestión que la medicina se viene planteando desde siglos atrás y que aún no tiene una respuesta definitiva.
“Y en esta conferencia –comentó Francisco González Crussí- yo no daré una solución a este viejo problema, simplemente porque no hay tal para un laberinto filosófico como este. Pero en lo que haré hincapié será en mostrar que el amor romántico, en sus múltiples y variados aspectos, sigue siendo un tema que preocupa a la ciencia médica”.
Autor de diversos ensayos periodísticos y libros como The five senses, Notes of an anatomist, A short history of medicine, On the nature of things erotic, Suspended animation y The day of the dead destacó que para definir si el amor romántico es una enfermedad depende de lo que cada persona entienda por enfermedad.
Para el especialista se trata de un término que se puede elaborar a partir de cuatro aspectos: 1. Es algo desagradable/indeseable que interfiere con la sensación de bienestar. 2.impide o se opone al cumplimiento cabal de las funciones sociales del individuo. 3. La sociedad lo valora como algo que es negativo y por último si se acompaña de alguna anormalidad en alguna parte del cuerpo.
“Imagínense que soy un abogado y que represento a la profesión médica y estoy tratando de convencer a un jurado de que el amor romántico es una enfermedad, entonces diría que lo es porque el enamorado sufre de palpitaciones, cambios anímicos, le falta el apetito, anda suspirando y tiene muchas manifestaciones visibles, entonces con tantos síntomas ha perdido su bienestar.
“Si fuera el abogado del diablo y presentó una opinión contraria, diría que no es enfermedad por que los amantes no pierden la sensación de bienestar, ya que muchos dicen que prefieren estar enamorados, además promueve la creatividad, los descubrimientos científicos y la creación de grandes obras artísticas, ya que aún siendo un despechado se engendran cosas maravillosas”.
Después de presentar estas dos versiones Francisco González Crussí comentó, a manera de conclusión, que ambas versiones son verdaderas porque el amor es una contradicción por excelencia.
“El amor es así, antítesis, problema y solución, bueno y malo, justo e injusto, verdadero y falso, sí y no, derecha e izquierda, saludable y enfermo e incluso pregunta y respuesta a la vez, es decir, es y no una enfermedad”, refirió el especialista.
El escritor también expuso algunas de las cosas que los médicos han dicho sobre el amor, como enfermedad, y lo que algunos artistas del mundo occidental han reflejado en sus obras en relación con el significado, importancia y representación del amor romántico.
En este sentido, destacó una de las descripciones más antiguas “del mal de amores” que se debe a Safo, la poetisa de la antigua Grecia, quien en una oda describió su pasión por una doncella y lo que sintió al verla por primera vez: visión borrosa, nerviosismo y palidez.
A esto, el doctor añadió las obras de los pintores Jean Auguste Dominique y Jacques Louis David, que muestran a mujeres que sufren a causa del amor, siendo este un elemento artístico destacado y que identificó a la época el Renacimiento.
Época en donde, agregó el especialista, “se puede ver que el llamado mal de amores se reporta casi exclusivamente en mujeres, sobre todo adolescentes”. Además de que contra esta mal, los médicos recomendaban una cura: la copulación, “pues no tenían empacho en declarar que las jóvenes se mejorarían teniendo relaciones sexuales”.
Francisco González Crussí reveló que para entender el “mal de amores” también es necesario conocer el término clorosis, que significa verde y adquirió inmensa popularidad, porque definía a las pacientes que manifestaban una piel amarillosa, es decir, una de las tantas enfermedades de la época que se creía era provocada por el amor.
En este contexto, habló de la evolución histórica de la Clorosis: siglo XVI, se identifica y se atribuye al útero, siglo XVII se nombra, siglo XVIII se estudia y entra como una terminología médica, siglo XIX alcanza proporciones epidémicas y en el siglo XX ¡Desaparece!.
“Así los especialistas discutieron esta enfermedad y llegaron entre otras conclusiones que la clorosis es un padecimiento que puede diagnosticarse a simple vista, que después desapareció poco a poco y que pasó de ser una enfermedad epidémica y común hasta su casi extinción, que nadie sabe cómo ni por qué sucedió.
“Esto se debe a que hay personas que aseguran que quizá es una enfermedad que nunca existió o que fue pura superchería, aunque yo no creo que esto sea cierto porque tres siglos de investigaciones y observaciones muy cuidadosas y consistentes hechas por médicos sagaces no se pueden desaparecer sólo así. Además el amor sigue siendo un tema que preocupa a las ciencias médicas”.
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